El fin de semana de los días 7 y 8 de Octubre 2.017 estuvimos presentes en el evento que ANIMAL MOVEMENT a través de la plataforma Pet Days y junto con el Museu Europeu d’Art Modern (MEAM) además de otros colaboradores como Blue Bubble Word y Educar mi perro ya, se proponía acudir al museo con tu mascota. El objetivo fue llamar de manera especial a la reflexión sobre la convivencia entre las mascotas y las personas, circunstancia de la que por ahora no podemos alardear frente a otros países europeos donde es normal entrar en el restaurante o en la tienda junto con la mascota.
Si nuestra mascota está aseada y educada, no es inconveniente, si ésta se porta bien y no molesta a los comensales en el restaurante o a los clientes en una tienda o a las personas que están en la oficina de correos por citar tres ejemplo.
«Animal Movement, una plataforma destinada a la promoción de los derechos de los animales, que desde la normalidad, crea una comunidad abajo los valores de una convivencia mejor para todos.
Paso a paso se evoluciona hacia una conciencia colectiva respecto al derecho que deben tener las distintas formas de vida que convive con nosotros, compartiendo espacios y tiempo a lo largo de nuestras vidas en un mismo y que modela los valores y comportamientos sociales.» (Texto de Animal Movement)
Obviamente no vamos a establecer comparaciones en si un niño de 8 años chillando o corriendo entre las mesas de un restaurante es más aceptable que la simple presencia de un perro tumbado bajo la mesa esperando a que terminemos de comer o si una persona que con tono alto está pidiendo una caja de chinchetas en una papelería sí es aceptable y la simple presencia de nuestro can sentado mientras pagamos un paquete de folios no lo es, pero sí que recalcaré el hecho de que es tan aceptable la presencia del niño, del adulto o de nuestro perro en cualquier espacio de la ciudad o pueblo en el podamos disfrutar de su compañía siempre que se comporte de acuerdo a las normas más elementales de convivencia.
La limitación de la entrada no debe de verse afectada por la especie a la que pertenezca el individuo, si no, en una sociedad plural como la nuestra la limitación debe de venir impuesta por si se sabe comportar o no en dicho lugar.
¡Por eso cuando nos ofrecieron poder colaborar no lo dudamos ni un instante! Fue muy gratificante poder estar en un museo de ese calado en compañía del binomio de los propietarios y sus mascotas.
Desde estas letras mi felicitación tanto a los organizadores como a todos los asistentes al evento.