Este es el primer blog en el que escribo y es además el primer artículo por lo que se me hace complejo elegir un tema. Por más que pienso no encuentro uno que me parezca lo suficientemente importante como para ser el primer artículo. Deseo que sea algo que al leerlo guste, ayude e invite a leer los siguientes y hay tantos y tantos temas que decantarse por uno es difícil puesto que todos tienen su «intríngulis» y pienso que todos y cada uno puede tener su interés para el lector. Así que pensando, pensando, en esta especie de cierta incomodidad al no saber para donde “tirar”, que elegir en la primera vez que escribo, me viene a la mente el porqué estoy hoy aquí frente a una hoja de papel y un bolígrafo. Y decido escribir de eso y de ellos, los no contemplados.
Me explicaré primero diciendo cuales son los motivos que me ha traído desde el mundo del pienso hasta la dieta Barf.
El motivo que me ha traído hasta aquí es el amor por esos peluditos que tan buenos ratos nos hacen pasar. Es por ellos que decidí que haría lo que estuviese en mis manos para ayudarlos. Así que aquí va mi alegato hacia esa bola de pelo con patas.
Siempre he sido lo que podríamos llamar un «piensero» (dícese de aquel que “piensa” que el “pienso” es lo mejor y más práctico y por ello no “piensa” en que es lo que damos a nuestra mascota). Porque ¿Qué hay más práctico que abrir una bolsa, sacar unas bolitas y ponerlas en un bol? Creo que en lo referente a la alimentación pocas cosas son más prácticas, pero vamos a pensar un poco. Vamos a buscar algo que realmente les siente bien, sea natural, no precise de aditivos, conservantes ni colorantes ademas de saborizantes.
Por ejemplo: respeto a nuestros hijos ¿Qué nos gusta más, hacerles la papilla nosotros que sabemos que ponemos o por el contrario comprar la de oferta que hay en las grandes superficies?
No creo que cuando sacamos nuestro pescado o nuestra carne del congelador sea tan complicado sacar al mismo tiempo unos dados de comida (nat’s) para nuestro amigo/a. Por lo tanto esto también es SUMAMENTE CÓMODO.
No pretendo hacer una disertación sobre el mundo del pienso (que si lleva tal o cual ingrediente, que si los conservantes, o los colorantes afectan de tal o cual manera a nuestra mascota), pero sí que les pido que se paren a pensar si esa bola o pelet de tacto un tanto aceitoso es lo mejor para su mascota ¿Recuerdan el comentario anterior sobre su hijo?, ¿Qué lleva su comida? ¿Cómo está hecha? ¿De qué calidad son los ingredientes?
¿Saben qué lleva?
Digan lo que digan o son ustedes del CSI o se lo han de creer. No hay más. Los ingredientes del pienso están triturados y extrusionados por lo que no pueden ver ni saber de que están hechos. Por eso les invito a que mediten sobre qué le están dando a su mascota y qué no se crean a pies juntillas lo que les dice una etiqueta. Cuando se habla de pollo ¿A qué se hace alusión? ¿A las patas, a solo la carne, a los huesos, a las plumas? Pasa lo mismo con el resto de ingredientes. Claro deben de pensar que nadie pondría nada malo en ese saco que se lo va a comer un ser que no habla… Mientras que con los productos de Good Luck todos los ingredientes están especificados en cada menú, es decir, si dice cordero, pone el porcentaje que hay del mismo y de que parte del cordero procede. Por ejemplo, si pone Cordero:45%, nos especifica que el 23% es de corazón, el 12% de tráquea, el 5% de hígado y el 5% de pulmón. Además, al estar éste en trozos relativamente grandes se puede llegar a saber con facilidad a qué pertenece cada uno de ellos.
Pueden comprar la marca que deseen, no tiene porque ser Good Luck. Incluso la pueden hacer ustedes. Pero tomen la decisión que tomen, sepan siempre que les están dando a sus mascotas. Son uno más de la familia. Cuídelo, por favor.
Los no contemplados
Y el otro motivo de escribir estas letras es el de los no contemplados.
Se acerca Navidad y con ella los tan ansiados regalos por lo bien que nos hemos portado o por las buenas notas que hemos sacado, o por mil motivos diferentes.
Y como no, el regalo estrella, es el perrito de pocas semanas que tanta ilusión hace a los más pequeños de la casa.
Me parece estupendo. Es un regalo fantástico. Los más pequeños pueden aprender muchos valores y los mayores sentir una compañía sin igual, pero….llevan obligaciones y responsabilidades. Por eso antes de hacer un regalo de este calado les pido una reflexión lógica. Algo tan simple como si estoy dispuesto a darle de comer cada día, sacarlo cada día y además varias veces, educarlo (recuerden que no salen de fábrica con la app de no morder muebles, no romper cosas, aguantar el pipí y la caca, no ladrar y además estar “educados humanamente”), cuidarlos y estar por ellos un periodo de hasta 15 años o más según la raza y el ejemplar.
Basta ya de tener un cachorrito o un adulto y abandonarlo a las pocas semanas de tenerlo.
Nadie se para a pensar que pueda sentir esa mascota que se encuentra en un lugar que no conoce donde ha sido abandonada. Si pasará frío o calor. Si tendrá hambre o sed. Si pueda producir un accidente o padecerlo. Basta ya de no pensar en que es un ser vivo y que como tal tenemos unas responsabilidades hacia él. Fuimos nosotros, ustedes, las que lo adoptaron. Nadie les obligó. Por eso les pido a un mes de la Navidad que se replanteen ese regalo del cielo que es un perro. No lo cojan, no lo adopten si no van a poder estar por él.
Según el Observatorio Fundación Affinity, Centro dedicado a la formación y difusión de los beneficios de la convivencia con mascotas, en el 2016 se recogieron más de 137.000 perros y gatos (104.447 de perros y 33.335 de gatos). Es una cifra astronómica. En pleno siglo XXI no podemos seguir abandonado ni uno más.
Por eso los llamo los no contemplados. Nadie contempló las obligaciones que llevan, solo quisieron ver una parte de ellos. Y no contemplaron todas las responsabilidades que llevan.
Por favor, ni uno más de los “no contemplados”.
Nos vemos en el próximo artículo.
Redacción de Good Luck.